Cinco personas disfrazadas de osos panda acuden a los mejores restaurantes, a las bodegas más chic, a los puertos deportivos más glamurosos. Son la comidilla de la isla y nadie sabe quiénes son. Aunque normalmente acuden juntos, en ocasiones se les ve solos o en pareja yendo a comprar el periódico o entrando en alguna notaría. Dan mucho el cante y la gente empieza a hablar y a lanzar hipótesis. Que si están promocionando la nueva tarifa Oso Panda de Orange, que si son millonarios alemanes extravagantes, que si son los nuevos muñecos de Kikoland… nadie sabe a ciencia cierta.
Un domingo cualquiera el misterio iba a ser desvelado. Durante el almuerzo de la familia en el restaurante Casa Brígida, en Marina Rubicón, uno de los osos, que por la voz se sabe que es osa, estalla en cólera y empieza a gritar: “¡Estoy harta de pasar calor! ¡Esto es una puta locura! ¡Yo no he hecho nada malo! ¡No tengo nada de qué avergonzarme, joder!”. Otro de los osos le ordena que se siente y que se tranquilice, pero solo logra enfurecer aun más a la osa. “¡¿Que me calme?! ¡Vete a la mierda papá, vete a la mierda tú y tus ideas brillantes!”. De otro de los disfraces surge una voz de mujer que dice: “¡Haz algo, nos va a descubrir a todos!”. Y de nuevo la osa emputada grita: “¡Claro, mamá, eso es lo único que te importa, ¿verdad?, que la gente sepa quiénes son los putos locos de los osos, ¿no es eso? No quieres que nos vuelvan a señalar por la calle y que nos miren como si fuésemos delincuentes, ¿verdad mamá?”. A su lado, otro de los osos intenta cogerle la mano y le susurra: “Tranquilízate, cari, ya lo hablamos en casa por favor”, para recibir a cambio un tajante: “¡Que te jodan, Ignacio!”.
En la mesa de al lado, unos niños asisten atónitos al espectáculo y miran a sus padres como pidiendo una explicación al extraño comportamiento de los osos panda. Pero ninguno sabía todavía que acababan de presenciar el hasta aquí hemos llegado de Juana Fernández de las Heras*.
*Abogada, hija de Felipe Fernández Camero y esposa del también abogado Ignacio Calatayud.