Las últimas novedades informativas han servido para dejar atrás el viejo debate sobre si Lanzarote era corruptiblemente equiparable a Marbella. Ahora la duda es si España es corruptiblemente comparable a Botsuana, país que comparte escalón junto al nuestro en la lista de Transparencia Internacional.
Además las noticias han servido para clarificar que si algunos periodistas locales han venido defendiendo a los corruptos era porque el Lancelot era en realidad La Razón, motivo por el que comparten el mismo tipo de argumentos. “A los hoteles ilegales les faltaba solo un papelito”, “los apuntes contables de Bárcenas son inventados”, “todo es fruto de una conspiración”…
Incluso hoy podríamos decir que Dimas Martín es Mariano Rajoy, y que ambos abrazan un mismo modelo político basado en 1) Llevárselo crudo y 2) Mentir y engañar.
Al final Jorge Coll, Carlos Inza y Manuel García Déniz eran Federico Jiménez Losantos, y Juan Francisco Rosa era Alfonso García Pozuelo, el dueño de Constructora Hispánica.
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