Desarrollado por SELWebmaster
Creado en 08 Octubre 2008 0 Comentarios

Empacho financiero

metabolismo

Nos levantamos un día por la mañana y nos encontramos con la terrible noticia de que se nos ha venido encima una crisis económica de tres pares de narices. Un momento: nuestros ahorros, aquéllos con los que contábamos para nuestra feliz jubilación, de repente están en peligro… Nos dicen que van a subir los tipos de interés, y con ello nuestra hipoteca… Pero es que a las empresas no les va mejor; puede que perdamos el empleo y que, de tener dos todoterreno y a nuestros hijos en un colegio privado, nos veamos en la puta calle con una mano delante y otra detrás. Pero bueno, ¿alguien puede explicarnos qué coño está pasando?

En realidad las crisis, todas las crisis, tienen la misma lógica. Consideremos una crisis digestiva. Usted sigue una dieta equilibrada de cuatro comidas al día. Es prudente y controla la cantidad y proporción de los alimentos que ingiere. Pero supongamos que usted, de repente, se pregunta por qué en vez de comerse dos bistec no se come cuatro o cinco. Al fin y al cabo, ¿no es un placer hacerlo? Desde luego, entonces ¿por qué privarse de ello? Y qué me dice del queso y de un buen jamón, sin hablar de los helados y del chocolate… Todo está buenísimo, y yo disfruto como un enano. Nos damos cuenta de que hemos descubierto una nueva filosofía: si antes nos regocijábamos comiendo, ahora lo hacemos por partida doble (o triple). ¿No es asombroso? ¡Somos unos genios, coño!

Ahora bien, un día nos explota el hígado y vamos a parar al hospital: hemos entrado en crisis… Los médicos tendrán que aplicarnos un plan de choque para salvarnos la vida, y descubrimos con desazón que durante varias semanas nos obligan a alimentarnos de una especie de sopa con un sabor horrible y que, además, nos prescriben una dieta espartana de por vida. Con lo bien que estábamos con nuestras frugales cuatro comiditas al día, ¿verdad? Pero, y he ahí la gran contradicción de la condición humana, nunca es suficiente. Aunque reventemos.

Compartir

Escribir un comentario