A raiz de la viñeta del pasado martes (Ciudadano Rose), un viticultor nos escribió molesto con la denominación de “marionetas” que incluimos en el texto.
Una vez aclarado que el calificativo sólo aludía al manipulador de los hilos, y no a los manipulados, la carta incluía interesantes apuntes sobre las condiciones de pago de los bodegueros de la isla, y nos quedamos de piedra.
Y es que un viticultor debe esperar un mínimo de 18 meses (a veces más de dos años) para que los bodegueros le paguen su uva. Vamos, que más que los bancos, los que verdaderamente están financiando la producción de vino en la isla son los agricultores, que pueden elegir entre comerse ellos solos la cosecha o venderla a las condiciones que les imponen los bodegueros.
Eso sí, después nuestro Cabildo se gastará otra fortuna en campañas de promoción y sensibilización de nuestro sector primario, con emotivas imágenes y mensajes sensibleros.
FE DE RATAS: En la viñeta del pasado 30 de noviembre, “Un hombre, un medio”, el importe de la revista Solo Deporte correspondía al año completo, no a seis meses.
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