Tenemos catalogados en Lanzarote algunos ejemplares de cachorros Losanteros, una variedad de locutor radiofónico fácilmente reconocible por su propensión a coger nervios e indignarse constantemente.
Es el caso del conocido Carlos el Inza-Lubre, que cada mañana nos ofrece un repertorio de lo que no debe mostrar nunca un periodista en el ejercicio de su profesión: Parcialidad, inquinas evidentes, agresividad, tendenciosidad, poco o ningún rigor con determinados temas y, en general, ganas de encabronar al personal.
Vamos, toda una inyección de mala hostia mañanera para llegar al trabajo con verdaderas ganas de mandar a alguien al carajo: pura escuela COPE.