Jorge Coll, afectado por el “efecto Pertegaz”, se está convirtiendo en una señora mayor

“PODRÍA INCLUSO SER UNA VIEJA PODRIDA”, DICE UN ANALISTA

El director de Lancelot Televisión, Jorge Coll, podría estar siendo víctima del conocido como “efecto Pertegaz”, una mutación que hace que un hombre se convierta paulatinamente en mujer una vez pasados los 50 años. El nombre de este efecto proviene del modisto español Manuel Pertegaz, que fue la primera persona que lo sufrió en nuestro país, aunque otros como Andrés Pajares también se han visto afectados. Fuera de nuestras fronteras lo han padecido grandes artistas como Paul McCartney.

Según algunos analistas, “la expresión del rostro y el repetido uso de las mechas por parte del director de Lancelot indican que podríamos estar ante algo más que un simple quiero y no puedo. Podríamos estar ante los inicios de la nueva señora Coll”. Una experta en imagen nos confirma además que Coll “va perdiendo la mirada programa a programa. Es lo que pasa cuando ya ni uno se cree lo que está diciendo y necesita más contertulios comprados que opinen lo mismo que tú”.

Otro de los expertos consultados va más allá y asegura que “no se trata solo de rasgos físicos. El efecto Pertegaz incluye un determinado perfil psicológico, caracterizado por la irritabilidad, manías obsesivas, repetición constante de las cosas y mal humor. Para entendernos, el efecto Pertegaz implica también convertirse en una vieja podrida”.

En Lancelot TV ya están trabajando para solucionar este problema, y paulatinamente irán atribuyendo a Jorge Coll funciones más acordes a su nueva realidad. Así, en unos meses podría dar comienzo la emisión de un nuevo magazine, “Cuéntaselo a la viejita”, en el que el periodista contestará a las preguntas de los telespectadores sobre dentaduras postizas, pañales, prótesis de cadera y residencias de mayores. “Es un final muy digno para alguien como Jorge”, cuentan fuentes cercanas, “que logró pasar del ecologismo comprometido a la desvergüenza del dinero con una facilidad que a todos nos asombra”.

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