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ENTREVISTA. JAVIER BETANCORT

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Fue una de las jóvenes promesas de la política insular y concejal de Hacienda del ayuntamiento de San Bartolomé entre 2004 y 2007, cuando militaba en las filas del Partido Popular. Entre 2007 y 2009 fue concejal en la oposición militando en CCN, y dimitió para presidir el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Lanzarote, cargo que ostentó hasta 2013.

En mayo de 2012 fue detenido en el marco de operación Montecarlo y se le imputaron cinco delitos, malversación de caudales públicos, cohecho, blanqueo de capitales, prevaricación y falsedad documental, circunstancia que resultó decisiva, según nos cuenta, en su reciente contratación como director-gerente del grupo Lancelot.

El Agitador: Aún no ha cumplido los cuarenta pero su curriculum es impresionante. ¿Cómo ha vivido el éxito político y profesional siendo tan joven?

Javier Betancort: Soy de esas raras personas que maduraron muy pronto. Prácticamente desde que terminé mis estudios de Economía tenía muy claro a dónde quería llegar. Detesto la mediocridad y he trabajado muy duro para estar ahora donde estoy. Vamos, que me lo merezco más que nadie porque mi nivel de inteligencia está bastante por encima de la media. Sé que puede sonar a chulería, pero es la verdad y no tengo por qué avergonzarme de ello. Al igual que Cristiano Ronaldo, soy guapo y exitoso, aunque todavía no soy tan rico como él (risas).

EA: Háblemos de su paso por la política. ¿Qué le sedujo del Partido Popular para entrar en sus filas?

JB: Muchas cosas. Ideológicamente tenemos mucho en común. Cierta tendencia clasista, una idea clara de que los pobres lo son porque son idiotas y no aprovechan sus oportunidades de ascenso social y una visión flexible y pragmática del concepto de legalidad. Estas virtudes me han permitido posicionarme en todo momento en los escalones altos de los colectivos en los que me he movido, tanto en la política como en el Consejo Regulador del Vino, como ahora en mi nueva etapa como director del grupo Lancelot.

EA: ¿Cómo recibió su detención y posterior imputación en el caso Montecarlo?

JB: Con mucha dignidad. En ese aspecto también tuve la suerte de aprender cosas de Miguel Martín, alcalde de San Bartolomé cuando yo fui concejal de Hacienda. La ventaja de saberme inocente, al igual que en su caso, es muy importante, porque yo tenía claro que era inocente, vamos, que soy inocente y siempre lo seré, así que lo afronté con la serenidad con que cualquier persona inocente afrontaría una detención de 76 horas y una imputación de cinco delitos, con mucha inocencia. De hecho, si alguna vez se celebra el juicio se demostrará que soy super inocente. Después, con el paso del tiempo, empezó a aparecer una sensación de orgullo. Pienso en lo inocente que soy y me convenzo de que realmente no hay muchas personas en este mundo tan inocentes como yo. Así que además de inocente soy alguien muy especial.

EA: ¿Qué recuerdos guarda de su paso por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de los vinos de Lanzarote?

JB: La verdad que no muchos. El cargo de presidente me exigia estar contínuamente comprobando la calidad de los caldos producidos por todas las bodegas de la isla y se pude decir que me he pasado cuatro años ininterrumpidamente con una cogorza impresionante. Eso sí, todos mis amigos coincidieron en señalar que tenía mucho mejor carácter que antes y que se rieron como nunca conmigo.

EA: Y ahora, ¿qué le decidió a formar parte del grupo Lancelot?

JB: Cuando recibí la llamada de Juan Francisco Rosa reconozco que sufrí una erección inmediata. No me lo podía creer, me puse muy muy palote. Para alguien como yo, que el empresario número uno de la isla se acuerde de mí para sus negocios es algo muy grande. Después, tenía claro que, como me pasó en el PP, mi sintonía ideológica con Rosa es total. De hecho tenemos mucho en común, sobre todo la ambición y un ego potente que nos permite afrontar cualquier tipo de tesitura legal sin dar una imagen de debilidad.

EA: ¿Y cómo se ha tomado Jorge Coll su contratación? A un hombre de su edad no le debe haber gustado que le hayan puesto por encima a alguien tan joven.

JB: Jorge Coll es un profesional, y en ese sentido entiende perfectamente que tengo un curriculum muy superior al suyo. Es cierto que él lleva algunos años más que yo en el negocio de la comunicación, pero él carece, por ejemplo, de mis cinco imputaciones en el caso Montecarlo, y esa experiencia es muy valiosa para el trabajo que debo desempeñar. Así me lo dijo Juan Francisco, al menos. Por lo demás, es verdad que noto cierto resquemor en algunas de las actitudes de Jorge. El otro día, por ejemplo, me trajo el café con azúcar, cuando sabe perfectamente que lo tomo con sacarina. Le perdoné, pero también le dije que fuese la última vez que olvidaba mis preferencias. En el mundo de la empresa es imprescindible que tus subordinados te respeten, y si es posible que te tengan miedo.

EA: Para finalizar, ¿Cómo se imagina a los cincuenta años?

JB: Bueno, como dice el famoso chiste, soy un hombre sencillo y a la vida solo le pido cosas pequeñas. Un pequeño yate, un pequeño chalet, una pequeña fortuna (risas). Cada cual debe recibir en la vida lo que se merece, y yo me merezco muchas cosas, porque me lo he currado a muerte y porque soy un crack, no sé si ya lo había comentado antes. Así que a los cincuenta me gusta imaginarme quizá no al nivel de Juan Francisco Rosa, porque lo que él ha logrado es enorme, pero no todos tenemos que ser Messi. Me conformo con el sueldo de Xavi o Iniesta (risas).

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Comentarios  

 
#1 Toño 09-06-2014 16:29
Este chico se pasó hace tiempo al lado oscuro, una pena
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