Susanne Bernard, “la Che Guevara del arte ecuestre”, lleva seis días atada a los caballos de deCaires en una nave del Cabildo
TE CONTAMOS EN EXCLUSIVA LA CONMOVEDORA HISTORIA DE LA ACTIVISTA DEL MOMENTO
Tras encabezar las multitudinarias protestas que llegaron a reunir a ocho personas contra la retirada de los caballos de Jason deCaires, la activista artística Susanne Bernard ha decidido encadenarse a una de las esculturas que permanecen desde el pasado jueves en una nave del Cabildo. “Del caballo de deCaires no me moverán”, repite una y otra vez a los trabajadores de la primera institución insular, que cada seis horas se acercan a la nave para llevar algo de alfalfa a la que ya es conocida como “la Che Guevara del arte ecuestre mundial”.
Bernard llegó a jugarse la vida para evitar lo que considera “el peor atentado cometido contra el arte en los últimos 200 años”, y consiguió permanecer abrazada a la cabeza de uno de los caballos durante al menos cuatro segundos en las frías aguas lanzaroteñas. Sin embargo, los operarios terminaron apartándola violentamente al grito de “Pero señooora, ¿qué haaace? ¡Que ya tiene usted una edad para estos numeriiitos!”.
La tensa y breve batalla fue seguida de cerca por las tropas que Susanne había conseguido movilizar en la isla. Para ello, en las horas previas fue caldeando el ambiente e intercambiaron mensajes en las redes sociales. “Es la guerra, traigan más te”, “no se olviden de llevar algo para picar” y “la vamos a liar, que estamos mu locos” fueron algunas de las frases preparatorias de lo que prometía ser una batalla campal. Por eso, los conocidos como “los siete de Susanne” llegaron con tiempo para coger buen sitio y seguir la escena desde tierra con unas viandas. El único que no pudo probar bocado fue el ex consejero de los Centros, José Juan Lorenzo, que tenía un nudo en el estómago, lágrimas en los ojos y un whatsapp de tito Rafa llamándole “nenaza” por no ser él quien se lanzara al agua y se amarrara a los caballos para defender el legado de deCaires en la isla y en particular frente a Marina Rubicón.
Pero, ¿quién es Susanne Bernard? ¿Cómo es ella? ¿A qué dedica el tiempo libre? Aquí te lo contamos en exclusiva.
Susanne Bernard nació en Albstadt, Alemania, una fría tarde de 1896. A los dos años, unos tíos le regalaron un pequeño pony del que sus padres fueron incapaces de despegarla hasta 2003, muy superada ya la adolescencia. Hasta entonces ya había intentado impedir la caída del muro de Berlín y el derribo de otras grandes obras de incalculable valor artístico, como la estatua de Sadam Husein (“el arte es arte, da igual que sea de un dictador”, dijo entonces) pero el trágico acontecimiento de perder a su pequeño pony cambió el resto de su vida e inició lo que le gusta llamar su “etapa ecuestre”, que comenzó en 2004, y que hasta el fatídico 21 de noviembre de 2019 solo había dejado grandes victorias.
En el curriculum vitae al que ha tenido acceso El Agitador, la propia Susanne da cuenta de su habilidad para emprender negocios subvencionables en Lanzarote y también relata alguna de sus gestas:
El caballo de Espartero (Madrid). Susanne estuvo ocho días y ocho noches abrazada a los testículos del caballo de Espartero. Gracias a ella, la estatua continúa a día de hoy en la calle Alcalá de la capital.
Estatua de Gengis Khan (Mongolia). Agarrada a una pata de la estatua y al grito de “Dejen el caballo, putos mongolos”, Susanne evitó que el ejército enemigo retirase la escultura y empezó a hacerse conocida por su talento para elaborar consignas activistas.
San Wenceslao (Praga). Por salvar esta estatua, Susanne estuvo diez días hospitalizada. Como la estatua está al revés y colgada del techo, Susanne se hizo un lío y se sentó en el caballo boca abajo, cayendo desde una altura de quince metros. Fue la segunda mayor caída de un activista en acto de servicio desde la de Bruno Perera en los carnavales de Puerto del Carmen del año 2000. Ambos sufrieron secuelas similares.
Estatua ecuestre del Gran Elector (Alemania). Susanne impidió en su propio país la retirada de la escultura dedicada a Federico Guillermo I de Brandeburgo, si bien el motivo no fue tanto su valor artístico como “el gran parecido de Federico Guillermo con José Juan Lorenzo en esa estatua”.
Comentarios
¿Sus ideas? ¿Se refiere a defender su negocio y el de su revista, Lanzarote37º? Porque estaría bien saber si el Cabildo ha financiado la revista de esta señora tan idealista. Se entenderian muchas cosas