Dimas asegura que ha sido absuelto en el juicio del Caso Unión y que la condena de siete años es “por un defecto del lenguaje”
“LA AUDIENCIA PROVINCIAL ME TIENE HASTA LOS COJONES. A PARTIR DE HOY, NI UN DURO”, LE DIJO DIMAS A SU HIJA ELENA TRAS CONOCER EL FALLO
Dimas Martín ha vuelto a ser condenado por la Justicia a siete años y cinco meses de cárcel, en esta ocasión en el marco de una de las piezas principales del Caso Unión, por los delitos de asociación ilícita, cohecho, malversación de caudales públicos, fraude y prevaricación. Además, por esta octava condena judicial en su larga carrera delictiva, tendrá que devolver los 219.000 euros que recibió en sobornos de distintos empresarios. Sin embargo, Dimas asegura que en realidad la Audiencia Provincial le ha absuelto de todos los cargos y que “el error” se ha producido “por un defecto del lenguaje”.
“Los jueces en este país necesitan urgentemente la ayuda de un ejército de logopedas”, insistió Dimas, ya que donde pone “se condena a Dimas Martín” debería decir “no se condena a Dimas Martín”. Es increíble que señores que se supone que están impartiendo justicia cometan este tipo de errores de niños de parvulario. Pero bueno, lo importante es que he vuelto a ser absuelto de todos los cargos de los que absurdamente fui acusado, y como dice mi pupilo Pedro San Ginés, ya no tengo ninguna causa abierta con la Justicia, que es lo importante”.
Tras conocer la sentencia, Dimas llamó por teléfono a su hija Elena, que ha sido absuelta en este mismo juicio, para indicarle que “A partir de hoy, ni un duro a la Audiencia Provincial, que diga lo que quiera, me tiene hasta los cojones”. “Así lo hago, así lo hago, anotadas las instrucciones. Cero euros”, contestó la que era Responsable de Compras del Ayuntamiento de Arrecife.
Otro de los absueltos en este juicio ha sido el empresario Juan Francisco Rosa, que contrató a Dimas como jardinero fiel del hotel Fariones para facilitar que le concedieran el tercer grado. El fallo del Tribunal entiende que, aunque Dimas no acudiese a su puesto de trabajo ni un solo día, esto resulta irrelevante a efectos penales, ya que las buganvillas y las palmeras del jardín “daba gusto verlas”.