Los acusados de organizar un asadero de pardelas en Alegranza piden “prudencia” con su sentencia y advierten: “Igual nos da por probar también un guiso de jueces”
“NOS ENCANTA DEGUSTAR ESPECIES EN PELIGRO DE EXTINCIÓN”, IRONIZARON
Los 19 acusados que fueron pillados in fraganti en un asadero de pardelas en Alegranza se sentaron esta semana en el banquillo de los acusados, desde el que pidieron “prudencia y buen juicio” con su sentencia, y lanzaron indirectas del tipo “igual en el futuro nos da por probar otras cositas especiales como un guiso de jueces en mitad de Timanfaya”. Otro de los acusados profundizó en la ironía al asegurar con una sonrisa en los labios que “lo que pasa es que a nosotros nos encanta degustar especies en peligro de extinción, ¿saben? Y en esta isla mandamos nosotros”.
“Igual hasta pedimos un permiso para fondear frente a los Juzgados y después nos damos una vueltita por aquí, ya me entiende”, manifestó otro de los acusados tras asegurar que en Alegranza “éramos como 100 ó 200 personas, aquello no era un asadero, era una rave de ave” y que “como es lógico, no nos conocíamos todos, yo en realidad no conocía a nadie, fui porque pasaba por allí con la chalana en la que dormía todas las noches y vi gente y jolgorio y me acoplé así sin más”.
En la misma idea de la fiesta multitudinaria incidió otro de los acusados, que reconoció que con la cantidad de gente que salió huyendo a nado “aquello parecía la travesía de El Río”. “De los 200 que estábamos en Alegranza comiendo tortilla, 180 salieron nadando del cague que les dio ver a la Guardia Civil, y de esos 180 al menos 100 lograron llegar a Famara en menos de dos horas. ¡Unas máquinas!”.
“¡La culpa de todo la tiene el dichoso feminismo ese!”, declaró otro de los acusados, que recordó que “tras décadas con varones al frente del Seprona, los machos de esta isla nunca tuvimos ningún problema en mantener nuestras costumbres y tradiciones, incluida la de retorcer el pescuezo a pollos de pardela. Esto con Higinio no pasaba. Esto se está yendo al garete”.
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