Un lector de El Agitador ha tenido la amabilidad de enviarnos uno de aquellos pagarés con los que Dimas hacía creer a los agricultores de la isla que les pagaría la cebolla.
En este caso, 40.000 pesetas del año 1995, poca cosa comparada con los 400 millones de subvención pública que según el juez también desaparecieron en el caso del Complejo Agroindustrial por el que Dimas está entre rejas.
Se nos ocurrió la idea de hacer con el pagaré esta bonita composición como ejemplo gráfico del nivel de putrefacción que puede alcanzar la política con tal de negar la realidad y mantenerse en el poder.
Ayer fueron las cebollas y hoy es el Plan General de Arrecife, los campos de golf, los apartamentos de Playa Blanca… los timos se transforman y los cafres de toda la vida (y sus sucesores) se siguen repartiendo el dinero a costa de los gilipollas de siempre: los ciudadanos de Lanzarote y la propia isla. ¡Que siga el espectáculo!
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