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Creado en 04 Noviembre 2010 0 Comentarios

Retrato de un atípico utópico

marcetopia

De la caterva de bichos raros que de tarde en tarde se crían en la palestra pública conejera, Fernando Marcet tiene ganado un puesto por méritos propios. Articulista, activista, webista (lanzarotelandia.com) y sobre todo idealista, se pelea con frenesí contra la más tozuda de las enemigas: la realidad.

Como si acabara de aterrizar en el planeta Tierra, planteó su propuesta “300 por Lanzarote”, en la que buscaba a “300 hombres y mujeres hartos de la corrupción y de la decadencia en la que ha caído la isla” con ganas de “trabajar coordinadamente para emprender acciones conjuntas”. Algo así como ir a la Ciudad Deportiva a ver un partido del Lanzarote y en el descanso coger un megáfono desde el centro del campo y decir: “Al que le gusten los programas de Eduardo Punset, que levante la mano”.

Como debe ser que lo de llegar a 300 se retrasa un poco, ahora ha decidido tirar por la tangente y proponer la creación de una especie de Gran Hermano político (www.lanzarote2011.com) donde cualquier persona no corrupta pueda ser nominada por un jurado para ser alcalde de Arrecife o presidente del Cabildo. Los candidatos deben además prestar declaración jurada de que aceptarán rebajarse el sueldo un 25%, ser transparentes, denunciar la corrupción, defender el medio ambiente, la participación ciudadana, el cultivo de tierras en desuso y cepillarse los dientes antes de acostarse.

Si algo no se le puede negar a Marcet es su denodado empeño en buscar gente honrada, limpia, comprometida, con ganas de trabajar por el bien común, interesada en la política pero alejada de intereses partidistas y con las energías necesarias para integrarse en un proyecto común que aglutine el descontento en la isla. Si, dentro de su paquete de promesas electorales para 2011, Cándido propone la apertura de un museo de cera en Arrecife, yo quiero ver en él una estatua de Fernando, el hombre que creyó en las utopías.

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