Ola de pánico en la isla ante la inminente jubilación del escultor Paco Curbelo

AMENAZA CON “CREAR MÁS”

Un estupor generalizado se ha desatado en toda la isla ante el anuncio de la jubilación del escultor Paco Curbelo, tras 32 años de docencia en la escuela de arte Pacho Lasso. Curbelo es conocido por la “originalidad” de muchas de sus obras escultóricas, que se encuentran repartidas a lo largo y ancho de las rotondas de Lanzarote, lugares que la Dirección General de Tráfico, tras la instalación de sus esculturas, ha catalogado de “puntos negros visuales”.

El pánico ha recorrido la geografía insular después de que el escultor declarara en un diario que “a partir de ahora tendré las veinticuatro horas del día para crear”, palabras que han sido acogidas como “una amenaza en toda regla” por diferentes colectivos ciudadanos. Es el caso de la Plataforma de Afectados por los Camellos de Uga, que han enviado un duro comunicado asegurando que nuevas esculturas de Curbelo en las rotondas de la isla serían consideradas “una provocación y una declaración de guerra”.

Lo mismo ocurre con la Asociación para la Defensa de la Dignidad de las Rotondas, que ha ido incluso más allá al advertir de que “instalar más esculturas de Paco en nuestro paisaje podría hacernos perder el título de Reserva de la Biosfera”. Según su portavoz, “cuando uno se jubila es tiempo de probar en nuevos campos, como el dominó o el macramé”.

Entre la obra de Curbelo en la isla, destacan (por decir algo) el “Monumento a las Comunidades”, en la rotonda de Playa Honda (conocida popularmente como “bomba fétida en medio de la sardana”) y los ya mundialmente famosos Camellos de Uga, donde miles de turistas se detienen cada año para admirar la valentía de las autoridades locales por permitir colocar algo así en medio de una carretera.

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