El nuevo rey de Lanzarote ofrecerá este año un emotivo discurso de Navidad

LO HARÁ BAJO LA MIRADA CATATÓNICA DEL REY EMÉRITO

El nuevo rey de Lanzarote, Carlos Espino, ofrecerá la noche del martes sutradicional discurso navideño. En esta ocasión lo hará bajo la mirada catatónica del rey emérito, Pedro San Ginés, que sigue sin asumir que ya no es nadie en la isla. El Agitador ha tenido acceso al discurso íntegro que ofrecerá el rey y presidente no electo del Cabildo:

“Buenas noches.

En estos días tan especiales, en los que siempre nos deben unir los mejores sentimientos, os deseo, junto a Loly, Astrid y nuestro ahijado Benjamín, una Feliz Navidad y que en el año 2020 podáis ver cumplidos vuestros anhelos, aspiraciones y esperanzas de conseguir un carguito en el Cabildo.

Hoy no quiero dejar de recordar a quienes vivís una situación difícil por razones personales, económicas o sociales; o estáis lejos de vuestro hogar y seres queridos; o montasteis un partido para sacar un concejal y al final no sacasteis nada; o votasteis al PSOE pensando que íbamos a hacer las cosas muy distintas a Coalición Canaria. En estas horas, que han de ser para la alegría y de celebración, nuestro corazón y nuestro pensamiento están a vuestro lado; y nuestro mayor deseo es que todas esas circunstancias queden pronto atrás.

A lo largo de los últimos años, como un simple simpatizante más del partido, os he venido transmitiendo mis inquietudes y reflexiones sobre nuestra democracia; sobre el juez Lis; sobre la cohesión social y territorial, la economía y el paro o la casa del polvo; sobre la corrupción de los demás partidos y de la cocina de Jameos.

Todas estas cuestiones que acabo de mencionar nos siguen preocupando, por supuesto, muy seriamente.

Permitidme que esta noche os hable de algo que también me parece muy importante. Quiero hablaros de nuestra convivencia, de los principios en los que se inspira, pensando en el presente y también en el futuro, en nuestras generaciones más jóvenes, a las que hoy me voy a dirigir especialmente.

El pasado 29 de noviembre, con motivo del sobreseimiento de la causa en la que estaba imputado, recordé nuevamente los ideales que animaron y unieron a los españoles durante la transición política y que han sido el fundamento, la base de nuestra libertad y de nuestro progreso de estos últimos 40 años: La reconciliación y la concordia; el diálogo y el entendimiento; la integración y la solidaridad. Desde ese espíritu de concordia es desde el que se explica que el Partido Socialista apoyara durante años al PIL de Dimas Martín y, años después, a la Coalición Canaria de Pedro San Ginés. Y es el que explica que hoy gobernemos con el Partido Popular en un clima de concordia y alegría. Todo ello mientras decíamos y seguimos diciendo que somos implacables contra la corrupción.

Quienes fuisteis protagonistas o testigos de aquellos años estoy seguro de que entenderéis muy bien lo que acabo de decir.

A los que no vivisteis aquel tiempo y especialmente a las generaciones más jóvenes, tenemos el deber de haceros partícipes de ese período de nuestra historia, de ese camino que permite entender por qué y cómo Lanzarote ha alcanzado estos altísimos niveles de corrupción; por qué y cómo hicimos que se estancara en Sanidad y Educación; por qué y cómo permitimos que Inalsa y los Centros Turísticos fuesen utilizados como cajeros automáticos para nuestras campañas, nuestros partidos y nuestros bolsillos.

Hoy, que vivimos en una democracia asentada y que compartimos unos mismos principios y valores con otras democracias de nuestro entorno, es imprescindible que aseguremos en todo momento nuestra convivencia. Por eso no es raro que pactemos con el PP, igual que en su día lo hicimos con aquellas fuerzas que sabíamos que eran lo peor de lo peor: por responsabilidad y por nuestra obsesión por la convivencia.

Una convivencia, en fin, que exige el respeto a nuestra Constitución y una pronta amnesia para olvidar todo lo que hicimos. Todos los proyectos necesitan unos cimientos sólidos, y la Lanzarote de hoy los tiene, porque todos los partidos compartimos esos trapos sucios que hacen que no nos molestemos demasiado unos a otros.

A todo esto os animo. Gracias por escucharme y os deseo nuevamente a cada uno de vosotros y a vuestras familias, una muy feliz Navidad.

Eguberri on. Bon Nadal. Boas festas.

Buenas noches. Y feliz y próspero 2020”.

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