Finca de Uga, Soberanía Alimentaria y Fabelo: corrupción kilómetro 0 para un nuevo concepto de simbiosis político-empresarial
“POR LA MAÑANA PROMOCIONO DESDE EL CABILDO LOS QUESOS QUE HAGO POR LAS TARDES PARA ROSA”
Hace pocos días cenaba en el restaurante del hotel ilegal Princesa Yaiza. Mi visita coincidió con el último sábado del mes, fecha en la cual el cocinero y su brigada elaboran un menú de kilómetro 0, elaborado con productos de proximidad. Un concejal de proximidad, un secretario de Ayuntamiento de proximidad, un empresario de proximidad (Uga) y sobornos de proximidad, todos ellos de la máxima calidad y cosechados en el mismo municipio.
Una vez que se realiza la reserva de mesa, los comensales están invitados a recorrer por la mañana la oficina técnica del Ayuntamiento de Yaiza. Ese mismo día disfrutan de una cena sabiendo a ciencia cierta que están en un hotel con dos plantas más de lo permitido y con la licencia anulada por los tribunales. La velada se transforma entonces en una apasionante aventura llena de riesgos y transgresiones a la Ley.
Detrás de esta maravilla gastronómica se encuentra la mano de Paco Fabelo. El gerente de Finca de Uga, que en la foto posa sonriente junto al propietario de la mayor cadena de equipamientos ilegales de la isla, Juan Francisco Rosa, fue consejero de Agricultura y Medio Ambiente por Coalición Canaria en el pasado mandato, tras lo cual fue nombrado Director de Paisaje y Soberanía Alimentaria del Cabildo, en una plaza creada ex profeso para él por el presidente Pedro San Ginés, muy amigo de los suyos.
“La verdad es que gestionar Finca de Uga me lleva mucho tiempo, pero por suerte en mi trabajo del Cabildo tengo mucha flexibilidad horaria”, asegura Fabelo, que considera que “en cualquier caso, trabajar en Finca de Uga es trabajar por la soberanía alimentaria de la isla, igual que trabajar para Juan Francisco Rosa es trabajar para el paisaje de la isla. Y mis jefes están encantados. Por las mañanas organizo ferias del queso con dinero del Cabildo para promocionar los quesos que hago por la tarde para Rosa en Finca de Uga, en un ejemplo perfecto de simbiosis político-empresarial. Todos salimos ganando”.
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