Rosa enviaba un caballero medieval al Ayuntamiento de Yaiza para incluir sus informes en el expediente de Stratvs

EL FAX LO USA MENOS PORQUE NO LE GUSTAN “ESAS MIERDAS MODERNAS”

Dos de los informes a los que apelaron los concejales y técnicos de Yaiza para justificar la concesión de la licencia de actividades clasificadas a Stratvs fueron enviados al Ayuntamiento por el propio empresario a través de un caballero medieval del Grupo Rosa. Los informes eran escritos a mano por unos monjes benedictinos en unos pergaminos lacrados que luego eran llevados a caballo desde Uga, según confesó Rosa, “porque soy un amante de las tradiciones y a mí me gusta hacer las cosas como se hicieron toda la vida, desde que los caciques eran caciques de verdad”.

“El caballero medieval llegaba al Ayuntamiento y, mientras un funcionario trasladaba el caballo al abrevadero, nosotros estudiábamos el pergamino y actuábamos en consecuencia”, reconoció el técnico del área, Andrés Morales, quien también confesó que “como el informe venía presentado en un formato tan bonito, la verdad es que ni lo leíamos y dábamos por bueno que la bodega tenía todas las bendiciones del mundo”.

“¿Y no se verificaba la autenticidad del caballero medieval?”, le preguntó el fiscal Ignacio Stampa. “No me correspondía a mí”, contestó el técnico. “La responsable municipal de levantar los yelmos estaba de asuntos propios ese día y no pudimos ver la cara del mensajero. Pero nos dijo que venía de Uga y no desconfiamos porque se notaba a la legua que el caballo venía descansado, así que debía ser todo verdad. Pero está claro que por muy pergamino que fuera tenia que haber entrado por el Registro”.

Juan Francisco Rosa admitió que en alguna ocasión envió sus informes por fax, pero este sistema le parece “una mierda moderna, frío y sin personalidad, aparte de que no me termino de fiar de tanta tecnología”. Según el empresario, “si tengo un monasterio benedictino dentro de mi casa de Uga es porque uno de los secretos de mi éxito es que he sabido impresionar a los políticos con mi poderío económico y mi aire campechano. Alguna vez sopesamos llevar los informes en una carroza de media gala tirada por doce percherones, pero Camero me dijo que le parecía demasiado ostentoso y podía ser contraproducente”.

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