No vamos a recurrir a la manida frase de que volvemos por "demanda popular". La verdad es que volvemos porque nos aburríamos y no sabemos hacer otra cosa. Y lo que más nos divierte es hacer viñetas sobre lo que pasa en Lanzarote. Como habrán advertido nuestros perspicaces lectores, además hemos aprovechado para renovar vestuario. Después de interminables asambleas en las que se enfrentaron la idea de seguir siendo cutres frente a la de intentar disimularlo, finalmente ganó la segunda.
El monigote inmundo que nos había servido de mascota durante 8 años yace triste en el cubo de la basura. Desde aquí pedimos disculpas a su autor, José Antonio Manchado, uno de los fundadores de El Agitador (de hecho él fue quien bautizó la revista), hoy reconvertido en pintor virtual, tocador de cuencos tibetanos y escritor de libros sobre espiritualidad. Todo eso después de ser candidato a la presidencia del Gobierno de Canarias por Alternativa Ciudadana en 2007. Por mucho menos se beatificó a Juan Pablo II.
Así que aquí estamos de regreso. Mucho más maduros, intelectual y sexualmente hablando. Y con la experiencia que nos dan 8 años de trabajo y 2 pleitos judiciales (ya entramos y salimos de los juzgados como Pedro de Armas por su casa). Volvemos, lo sabemos, en medio de un escenario convulso. La bodega Stratvs cerrada. Chavanel contratado como nuevo pistolero de la casta insular. Dimas Martín y Juan Francisco Rosa aún no han superado el programa de la Sexta. Lo de los hoteles ilegales sigue sin resolverse. Y Pedro San Ginés ya ni se afeita.
Por cierto, lo del programa de la Sexta nos dejó impactados. No disfrutábamos tanto viendo la tele desde el baile de Sabrina en la nochevieja de 1987. También tuvo algo de obsceno. Mirábamos con deseo. Dimas, Maria Isabel, Juan Francisco... todos huyendo de las cámaras como de la peste, avergonzados, humillados... No querían aparecer en un programa dedicado a la corrupción, como en su día no les gustó aparecer a Felipe Fernández Camero en Cuadernos del Sureste ni a Miguel Pallarés en El Agitador.
Fue realmente excitante. Todo un homenaje a lo sucedido en Lanzarote en los últimos treinta años. Los delincuentes huían en desbandada ante el acoso de los periodistas. ¡Qué maravilla! Cuando no hay cámaras, los ves paseando por Arrecife como si no hubiesen hecho nada, y eso da mucha rabia, porque en el fondo lo que nos gustaría es que reaccionaran con nosotros como lo hacen con los periodistas de fuera. Que les diera el mismo pudor, que agachen la cabeza, que nieguen sus nombres por vergüenza a ser identificados como la mafia que son, como la parte de la historia negra de Lanzarote que son.
A lo que íbamos. Que hemos vuelto. Que notarán cambios, entre otros: podrán comentar las noticias y podrán saber cuántas visitas tiene cada una. Que les vamos a pedir a los que puedan que nos echen un cabo económicamente para que El Agitador se consolide. Que esperamos que les gusten las novedades y que se rían tanto como nosotros de todo este tragicómico circo, de esta divertidísima isla-mundo en la que unos viven, otros sobreviven y algunos superviven.
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Mucha suerte.