Un primer paso

Salvo su portavoz, Ignacio Calatayud, los miembros de la recientemente constituida Unión de Políticos Arrepentidos prefieren aparecer públicamente con la cara tapada. “Lanzarote es muy chica y lo que hemos hecho no tiene nombre. Queremos que se sepa la verdad, pero sin que por ello nos linchen en la plaza, que puede que sea lo que realmente merecemos”, nos comenta uno de los integrantes encapuchados.

Y es que, como dijo Calatayud en la presentación del colectivo, “todo tiene un límite”. “Ahora aparece Pedro San Ginés diciendo que es un atentado la subvención que le han quitado a Inalsa, pero todos nosotros sabemos que el verdadero atentado lo han cometido los gestores de la empresa en los últimos veinte años. No podemos escondernos y agachar la cabeza”, dijo el abogado.

La situación de la todavía empresa pública de aguas es, para la UPA, “el mejor ejemplo de lo que hemos conseguido en Lanzarote a base de gobernar sin el más mínimo sentido común: ¿cómo es posible que una empresa dedicada a abastecer de agua a toda la isla, sin competencia, vaya a la quiebra? Es evidente. Solo es posible si robamos como hemos robado y si gestionamos como hemos gestionado”.

Sobre su designación como portavoz del colectivo, Calatayud declaró que aceptó el cargo “por la buena relación” que mantiene con muchos de los políticos de la UPA y con otros que todavía no se han animado a dar el salto y olvidar lo que ellos califican como “el camino del delito”.

“Hay que empezar a llamar a las cosas por su nombre o nuestras conciencias no quedarán nunca tranquilas”, comenta una de las políticas encapuchadas. “Hemos estafado a los habitantes de esta isla. Nos hemos enriquecido a base de vaciar las arcas de las instituciones. No queremos ir a la cárcel, pero alguien tiene que parar esta locura”.

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