Se destapa el pastel

Ni puerto industrial ni pelotazo urbanístico ni base de la OTAN. Un cable de Wikileaks hallado fortuitamente en una papelera de Paulino Rivero ha desvelado que las obras que acaban de comenzar en Granadilla responden a la construcción del mayor refugio submarino del mundo, que albergará, de ser necesario, a los gobernantes, empresarios y banqueros responsables de la crisis que estamos padeciendo, y que ha causado ya millones de despidos, un empobrecimiento generalizado de la población y el que muchos países se hayan doblegado a su chantaje financiero a costa del futuro de sus ciudadanos.

Las múltiples suspicacias que había levantado el presunto puerto de Granadilla, que ha tenido por cómplices a la Unión Europea, al gobierno español y al gobierno canario (que llegó a modificar el Catálogo de Especies Protegidas para sortear los impedimentos legales de las obras) encuentran ahora una respuesta que explica perfectamente la ingente cantidad de mentiras que han rodeado al proyecto.

“Esto es algo muy gordo”, ha manifestado uno de los responsables de las obras, que prefiere mantenerse en el anonimato por causas obvias. “La maquinaria que tenemos aquí no es la habitual para construir un simple puerto. Tenemos tuneladoras como para hacer un agujero entre Granadilla y Washington”, añadió.

El cable de Wikileaks cita igualmente los viajes del ex presidente norteamericano Bill Clinton a la isla de Tenerife, tanto la del verano de 2005, por invitación del Cabildo Insular, como la visita relámpago de enero de 2009, que fue declarada “de alto secreto”.

El refugio submarino tendría una capacidad para 25.000 personas, en su mayoría personal de servicio de las principales fortunas del mundo, y contaría con todo tipo de lujos, incluida una reserva de 500.000 unidades de chocolatinas Tirma.

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