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homerpachorrilla

Este parece ser el dramático dilema de la política en el Ayuntamiento de Arrecife: o las frenéticas golfadas de Chabeli o la desquiciante inactividad de Homer Pérez Pachorrilla.

Tras casi un año de (des)gobierno en Arrecife, ha quedado demostrado que la estabilidad política es condición necesaria, pero no suficiente, para que un grupo de gobierno se dedique a hacer lo que se supone que debe hacer.

La sensación de abandono de la capital es cada vez mayor, y la imagen de dejadez y de incompetencia de los responsables del Ayuntamiento crece exponecialmente a medida que avanza la legislatura. Al final, el único éxito posible de estos cuatro años de mando parece que va a ser, con suerte, cargarse el Plan General de Chanchullos de Chabeli.

Y sin dejar de ser una buena noticia (a ver si se concreta), creemos sinceramente que cuatro años dan para mucho más que para desactivar los pelotazos de los cuatro amigos de Coalición Canalla.

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