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elcomunista

Detrás de las principales chapuzas artístico-festivas que hemos pagado y sufrido todos los conejeros en los últimos años hay siempre un mismo hombre: Domingo Teras Hernández, más conocido como el comunista, aunque de su coherencia ideológica empieza a haber más de una duda después de abandonar las teorías marxistas (sector Groucho), pasar por Coalición Canalla (hay fotos suyas dando mítines y pegando carteles de CC) y desembocar –de momento y hasta nuevo aviso- en lo que va quedando del PSOE en Lanzarote. Estamos ante otro laja o parásito de las instituciones públicas (de la misma o similar especie chupóptera a la que pertenece el ágrafo ario titerroy-gato Toñito Marginal), al que los políticos que son objeto de sus peloteos mantienen y sobrealimentan con estos negocios para-lelos en los que se mueve mucho dinero público, no siempre de forma transparente.

En el interminable historial chapucero de Domingo Teras, adicto a todo lo festivo como su propio nombre indica y conocido igualmente por su afición carnavalera (de ahí sus cambios de caretas políticas, según sople el viento), se encuentran algunas pifias de imborrable recuerdo ciudadano: en su etapa de concejal en la que hacía dúo artístico con Andrés El Fallo (nunca mejor dicho), logró las primeras campanadas mudas de Fin de Año, los primeros fuegos artificiales de San Ginés que no explotaron –también conocidos como voladores sordos-, trasladó un miércoles de ceniza al sábado, contrató a un supuesto humorista que contaba los chistes leyéndolos directamente de un folio arrugado (el primer chistoso con chuleta de los “sangineles”)… y suma y sigue en una lista interminable de despropósitos y ridículos mayúsculos.

Este año, Domingo Teras fue el encargado de organizar la Cabalgata de Reyes, y el Rey Baltasar se las vio más negras que nunca y acabó cogiendo un taxi porque su camello se extravió (algunos coñones dicen que el camello prefirió repartir otra clase de caramelos a la puerta de los colegios). Y hace apenas unas semanas la volvió a montar con motivo del (des)concierto de Chayanne, que fue subvencionado por el Cabildo y los ayuntamientos (30.000 eurazos) y resultó otro desastre mayúsculo de organización, con agravios comparativos que sufrieron en carne propia quienes pagaron sus entradas y vieron que a otros muchos se las regalaban, con una afluencia de público muy inferior a la esperada, con fallos de sonido, con voz pregrabada en algunas canciones, con destrozo del césped artificial porque el (des)organizador no se acordó de colocar el obligado material protector, etcétera. Ahora, Producciones Domingo Teras ya prepara el próximo macro(des)concierto: quiere traer a Shakira. Ella vendrá a cantar y Dominguito dará el cante. Los demás nos limitaremos a pagar los destrozos de la enésima chapuza. El espectáculo –y el negocio- debe continuar…

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