Los señores empresarios ya se están empezando a poner nerviosos ante el aluvión de sentencias que demuestran la poca vergüenza que han tenido algunos a la hora de ponerse a construir hoteles como churros en los últimos años.
La rueda de prensa ofrecida por Asolan hace unos días, por supuesto, no era para pedir disculpas por los chanchullos cometidos, sino para pedir “una salida” a la situación que ellos mismos han generado con su afán de forrarse a costa de la costa.
Lo mejor fueron las declaciones de su presidente, afirmando sin rubor que es malo para la isla que su nombre se asocie con pleitos judiciales contra los hoteles. ¿Por qué lo llamarán isla cuando quieren decir “nuestros bolsillos”? Además, nosotros pensamos lo contrario, que es positivo. Si de lo que se trata (o eso dicen ellos mismos) es de vender la sostenibilidad de Lanzarote, ¿qué mejor propaganda que presumir de que aquí perseguimos a los hoteles que se pasan la ley por el forro de sus habitaciones?
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