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LA ALCALDESA HA DADO LAS GRACIAS A LOS QUE HAN VOTADO “SIN VISIBILIDAD”

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Pleno caótico y esotérico en el Ayuntamiento de Arrecife en el día de ayer. Convocados de urgencia para aprobar el pago de las facturas de la luz, el pleno se vio sorprendido por un apagón en el preciso instante en que se procedía a la votación, lo que dio lugar a escenas de pánico entre algunos de los concejales y a la picaresca por parte de la alcaldesa, Eva de Anta, que aprovechó la oscuridad casi total para asegurar que la propuesta de pago se había aprobado por unanimidad.

Por si fuera poco, en el momento de la votación, y ante la indignación que le provocó una convocatoria de urgencia que le había pillado en Tenerife, hizo acto de presencia en el salón de plenos el espíritu de Ástrid Pérez ataviado con una capa roja y con los ojos inyectados en sangre al grito de “Muahahahaha, aquí está la Señora de las Tinieblas. ¡Que se haga la oscuridad en toda la ciudad!”. La alcaldesa, ante las pretensiones del espectro de votar e impedir así que prosperase la propuesta de pago de la luz, hizo las consultas pertinentes con la secretaria del pleno, que le confirmó que el espíritu no podía votar si no contaba con la acreditación física de su condición de concejal.

El espíritu de Pérez entró en cólera ya que entendía que su acreditación etérea era suficiente para poder votar y amenazó con denunciar en los tribunales a De Anta, al resto del grupo de gobierno, a la plantilla al completo de Endesa y a un señor que pasaba por allí. También Jacobo Medina protestó enérgicamente alegando que no había “ninguna diferencia visible” entre el espíritu de Ástrid y la propia presidenta de los populares. Algunos analistas consideran que ese espíritu es lo único que va a quedar del PP tras las elecciones de 2019.

Por su parte, el concejal de CC Samuel Martín, poco acostumbrado a recibir visitas de fantasmas, salvo alguna llamada de Pedro San Ginés, tuvo que ser ayudado a abandonar el salón de plenos debido a que el susto le había causado una fuerte contracción en su conciencia, ya que hasta hace poco más de dos meses era el responsable del pago de las facturas de la luz. “Esto es demasiado para mí. La Señora de las Tinieblas nos está llevando a la ruina”, balbuceó Samuel mientras salía tiritando del ayuntamiento”.

 

 

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